El examen final

Hubo un “cuando” al momento que se profetizó acerca de la primera venida de Cristo. Hay un “cuando” que involucra el día del Señor, algunas veces representado por la ira divina y la intervención de Dios en la historia para ponerle fin a todo lo que existe. Y entre esos “cuando”, ninguno será más importante que aquel “cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria…”.  

Nadie lo sabe. No lo podemos poner en nuestro calendario. Simplemente él vendrá. Cómo será su venida. Por un lado, será en gloria y acompañado de la más imponderable corte de los más poderosos ángeles. La profecía de Isaías nos habla que cuando él murió  no había “parecer en él, ni hermosura…”, pero cuando vuelva otra vez será en su más excelsa e inigualable gloria.

b. La silla calificadora (vers. 31b)

Observe ahora este detalle de su venida. Él viene para juzgar y para reinar. Ciertamente al principio vino con la más grande expresión de humildad que se conozca. No nació en una cuna de oro, aunque era rey. Vivió siendo tan pobre que no tenía dinero para mostrar de quien era la cara, aunque era el dueño de todo.

Cuando le buscaron dijo que el “Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza”. Murió como el peor de los malhechores y aun su tumba fue prestada. Pero ahora vendrá para sentarse en “su trono de gloria”. De él dice la Biblia que vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos (2 Timoteo 4:1).

El suyo será el trono del juicio porque el tiempo de la gracia habrá pasado. También se nos dice que es un “trono blanco” para destacar su santidad frente al pecado del hombre. Su venida será para dar sentencia, por lo tanto, él no será el abogado sino el juez en aquel día.

Con ese “profesor” al frente no habrá justificación alguna. Nadie podrá copiarse de otro porque ese examen tiene que ver con mis propias acciones. Será el examen más individual que se conozca. Ver a Jesús en su trono de gloria será la alegría de muchos y el terror para otros.

II. JUICIO FINAL – LOS QUE PARTICIPAN DEL EXAMEN

a. Juicio final – Reunidos y separados (verss. 32-33)

Lo primero que nos presenta este pasaje es que nadie escapará a este examen final. Ha habido grandes reuniones de las “naciones unidas”. No todas han podido reunir en su totalidad a las naciones.

De hecho, en tales reuniones no siempre se está de acuerdo con todos los temas que se traen, pero la reunión que las naciones harán alrededor de Jesús será la más completa y la más asistida.

El texto dice que “serán reunidas delante de él todas las naciones”. Esto habla primero del poder de la convocaría. Imagínese a los hombres que gobernaron tan injustamente o algún imperio que causó tanto daño y mató a tantos de sus ciudadanos. Imagínese a sus gobernantes arrogantes venir delante del que será Rey de reyes y Señor de señores.

Pero el texto dice que habrá una separación y la figura es como lo hace el pastor con sus ovejas y sus cabritos. El acto de separar nos habla que en el juicio final cada hombre y mujer serán tratados individualmente por su carácter y por sus obras. Nadie quedará eximido como les pasaba a aquellos que mantenían una alta calificación durante todo el año. El tratamiento del juicio será totalmente personal.

1 comentario en «El examen final»

  1. lo Bendigo pastor tome su predica para compartirla en nuestra congregacion ya le pedi al Sr Dios todopoderoso que le bendiga grandemente por compartirla .

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