El examen final

Como este pasaje habla de los cabritos que están a la izquierda, la sentencia de condenación para ellos tendrá que ver con la ausencia de la misericordia, de la bondad y el amor demostrado hacia su prójimo lo cual es un reflejo de una gran omisión, no solo por los más necesitados, sino porque ellos no conocían al Rey a través de quien deberían servir.

Aquí hay una situación que amerita nuestra más profunda reflexión y detención. La salvación está íntimamente relacionada con la demostración de amor hacia los que los más sufren y padecen. La vida que solo se centra en si mismo desconoce al que lo hizo todo por nosotros.

IV. JUICIO FINAL – LOS RESULTADOS DEL EXAMEN

a. Los que aprobarán el examen (verss. 33-34)

Lo primero que nos dice el texto es que las ovejas serán puestas a la derecha. Ese lugar es de honor. Allí se sientan los nobles y príncipes. La gente que era invitada a sentarse a la derecha del rey era para ser distinguida con el más grande honor y privilegio. Además de esta distinción el Señor los llama “benditos de mi Padre”.

Cualquier bendición siempre será bienvenida, pero que ella venga de Dios es simplemente indescriptible. Y esa bendición tiene que ver con la herencia que nos espera. Las herencias terrenales son pasajeras y motivos de conflictos, la que aguarda a los redimidos es eterna y preparada mucho antes que naciéramos. ¿No es esto maravilloso? Escuche lo siguiente.

Dios no nos creó para ser parte de algún reino terrenal donde impera la corrupción la maldad. Él te creó para ser parte de su reino eterno. Observa que antes que nacieras ya Dios había pensado en ti y te había asignado un lugar cerca de él, allí a su derecha.

Pero observa que nada de esto es posible si no vemos que Jesús habla de esas bendiciones en la proporción de nuestra entrega a las siete cosas que aquí menciona. La aprobación de este examen es directamente proporcional al contenido de estas siete demandas de Jesús.

b. Juicio final – Los que no pasaran el examen (vers. 41)

Las dos palabras más fuertes de esta historia son “venid” y “apartaos”. Mientras la una es la invitación más gloriosa para estar con el Padre eterno, la otra es la más triste al hablarse de una separación eterna.

Cualquier separación es superable en la tierra, pero la separación eterna, la que habla del “castigo eterno”, rompe con todo lo impensable. He aquí el resultado de los que no pasaran el examen.

Matthew Henry ha escrito sobre esto lo siguiente: “El impío y el santo habitan aquí juntos en las mismas ciudades, iglesias, familias y no siempre son diferenciados unos de otros; tales son las debilidades de los santos, tales las hipocresías de los pecadores; y la muerte se los lleva a ambos: pero en ese día serán separados para siempre” (Comentario Mundo Hispano, Mateo 25).

La diferencia de este examen con los otros que hacemos en la tierra es que mientras en uno tenemos otros chances para hacer reparación, en el examen final dictado por Jesús no hay más oportunidad. La sentencia será total. La condenación será eterna. Esto es muy serio.

1 comentario en «El examen final»

  1. lo Bendigo pastor tome su predica para compartirla en nuestra congregacion ya le pedi al Sr Dios todopoderoso que le bendiga grandemente por compartirla .

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