Timoteo, el hijo de honor

La inversión hecha en ellos las hará campeonas y triunfadoras. Hoy, con gran respeto y admiración nos levantamos para reconocer a esa mujer que, si bien se sacrifica por su hijo, al final cuando lo vea como un triunfador y dedicado, su gozo estará cumplido. Amén.

CONCLUSIÓN:

Estos son algunos testimonios de hijos en quienes sus madres dejaron una profunda huella: “Las madres que oran son los mayores activos de Estados Unidos.”—Theodore Roosevelt.

“El regazo de una madre es el mejor lugar desde el cual iniciar una vida.”—Sarah Hupp. “Ella es alguien que escuchará tus problemas hasta que te aburras de ellos.”—Ellen Goodman.

“Nadie es pobre si tuvo una madre piadosa.”—Abraham Lincoln “Juntos es la palabra más hermosa del diccionario fuera de la palabra madre.” —Ralph Waldo Emerson.

“Aprendí más acerca de Dios de mi madre que de todos los teólogos de Inglaterra.”—Charles Wesley.

“No puedo decir cuánto le debo a las oraciones de mi buena madre.”—Charles Spurgeon.

Y Pablo dijo esto, al hablar a Timoteo de su abuela Loida y su madre Eunice: “trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro de que en ti también” (2 Timoteo 1:5).

Pero si no has tenido una abuela como Loida y una madre como Eunice, el haber conocido a Cristo sin su influencia, te hacer ser un hijo aún más excepcional.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Ambiente de Gracia, Fairfax, VA.

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