Evidencias de madurez cristiana

Por ello, en este caso específico que estamos tratando, nuestra fuente respecto a la conducta, está en Dios, en los principios y modelos que Él establece como una buena y mala conducta. Su palabra es fiel, su palabra lo llena todo, y ella puede darnos la sabiduría y las respuestas que buscamos.

Madurez cristiana – Cita Bíblica

La biblia dice en Romanos 12.2: No te (conformes) en su original griego habla de –amoldes- a este siglo, sino transfórmate por medio de la renovación del entendimiento, ¿Cuál es el propósito?

Lo dice claramente Pablo: Para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios agradable y perfecta Otra de las versiones indica: No seas como la gente de este mundo, pero ten una nueva mente, para que tú puedas probar por ti mismo, qué es lo que Dios quiere de ti. Que será bueno, agradable a Dios.

Ese es el reto que tenemos como cristianos, seguir, no el modelo del mundo, sino el modelo de Cristo. Para que las palabras que recibimos se conviertan en acciones, primero debe llevarse este proceso.

Procurar profundidad en Dios, buscar enraizarnos en Dios, y solo después, el fruto por medio de acciones será evidente y este fruto glorificara a Dios. ¡Cuando llegamos a esta estatura, nuestra fe se evidenciará en obras! ¡Las evidencias de cambio son manifiestas! ¡Se presenta un cambio visible! ¡No puedes esconderlo!

Revisemos 2 Evidencias de un buen cambio de conducta. Romanos 6:20-22

III. LA PRIMERA EVIDENCIA DE MADUREZ ES: CONDUCTA DE HUMILLACIÓN.

Cuando yo soy ofendido, mi carnalidad cobra vida sino estoy en Cristo, y también cuando yo ofendo a alguien mi carnalidad cobra vida y se justifica.

Solo cuando estoy frente a la presencia de Dios, Él cobra vida y somete mi carnalidad, y en consecuencia quiebra todas mis justificaciones, me las muestra como trapos de inmundicia, y me levanto humillado con un cambio visible de conducta.

¡Cuando no podía perdonar- ahora puedo perdonar!, ¡Las acciones que yo no podría realizar -Jesús las hace manifiestas!

Cita Bíblica

  • Isaías 6:1-5
  • Lucas 18

Lo que nos enseña Isaías 6 como Lucas 18 es un mismo escenario, la gloria de Dios solo podía ser percibida por aquellos que reconocían su condición indigna. Contrario a Isaías y al publicano, el fariseo veía en él, una condición digna que lo diferenciaba de otros.

Las vestiduras de vanagloria que el mismo hombre se coloca encima, son las que provienen de su falta de reconocimiento de pecado. Contrario a esto, cuando el hombre reconoce su miseria espiritual, su incapacidad de aceptación por sus propios medios, Dios le visita y le viste de su justicia; ella, lo justifica y lo hace acepto ante DIOS.

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