Compendio de Teologia Sistematica

b) El misterioso Ángel de Yavé

Un cuidadoso estudio de este personaje nos hace pensar sobre el desdoblamiento de Dios, en por lo menos dos Personas:

  • i. El Ángel de Yavé es Dios (Génesis 16:7)
  • ii. El Ángel de Yavé es Yavé (Éxodo 3:1-6)
  • iii. El Ángel de Yavé es una persona distinta a otra también llamada Yavé (Zacarías 3:1-2)

c) Pasajes donde se hace mención de tres Personas Divinas

  • Isaías 11:1-2, esta profecía claramente distingue a tres sujetos personales; (1) el Espíritu de Yavé, (2) Yavé y (3) la vara o vástago davídico.
  • Isaías 42:1, otra profecía mesiánica que menciona a tres personas.
  • Isaías 61:1, en esta profecía, de cuyo cumplimiento Cristo nos habla en LC: 4:18, se trasluce la tripersonalidad de Dios.

En el Nuevo Testamento

  • Mateo 3:16-17, dada la diafanidad de estos versos, los comentarios están fuera de lugar, el pasaje es lo suficientemente elocuente.
  • Mateo 28:19, la construcción gramatical de este pase –en el griego como en el castellano- es en esencia Trinitaria.
  • Juan 14:16-17, aquí, no puede ser más evidente la mención de tres Personas;
    • (1) el Padre a quien Jesús ora
    • (2) el Hijo quien ora
    • (3) el Espíritu Santo, por quien se ora.

Los ejemplos se podrían multiplicar, pero el autor sólo ha querido presentar unos cuantos.

Errores respecto a la doctrina de la Trinidad

A continuación expongo las principales desviaciones en lo que concierne a la doctrina Trinitaria:

i. El unicitarismo

Esta herejía milenaria se remonta a las primeras centurias de la Iglesia Cristiana, ha recibido diferentes nombres, de los que destaco los siguientes: “Patripasianismo”, “Monarquianismo modalista”, “Sabelianismo”, y más recientemente, “Unicitarismo”. El unicitarismo enseña que Dios es una substancia unipersonal, que se ha manifestado a los hombres especialmente en tres modos sucesivos; como Padre, Hijo y Espíritu Santo, i.e. Padre, Hijo y Espíritu Santo, son la misma persona.

ii. El unitarismo

Esta virulenta herejía también es de vieja data, ha sido conocida histórica y teológicamente como: “Monarquianismo dinámico” o “Arrianismo”. Lo mismo que el unicitarismo, ésta enseña una teología unipersonalista, pero se diferencia de éstos, en que el Hijo y el Espíritu Santo son meras criaturas del Padre, quien es el verdadero Dios.

iii. El triteísmo

Como su nombre lo indica, esta execrable herejía afirma una triada de Dioses; de manera que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son en verdad tres Dioses separados.

Reflexiones finales

En respuesta a los errores anteriores es menester hacer los siguientes pronunciamientos:

  • (1) El Cristianismo es a más no poder una fe monoteísta, desde siempre la Iglesia ha creído y confesado a un sólo y verdadero Dios. (Deuteronomio 6:4)
  • (2) La unidad Divina no excluye la pluralidad de Personas. (Génesis 1:26)
  • (3) Por el Nuevo Testamento sabemos que las Personas que constituyen la Deidad, son numéricamente tres; cuyos nombres bien dados en las Escrituras, son los de Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Mateo 28:19)

Capítulo 6 “Dios el gran creador”

Introducción

Los Cristianos que aun permanecemos fieles a la sagrada Escritura, la Biblia, creemos con firme convicción que el único creador del cosmos es el Dios Triuno. Esta ha sido la posición teológica de la Iglesia por más de diecinueve siglos, hasta que el mundo Cristiano fue conmocionado por la publicación del libro “El origen de las especies”, por el naturista Británico Carlos Darwin en 1859; desde entonces, no sólo en el ámbito seglar, sino también en el religioso, la teoría evolucionista ha tenido una amplia acogida.

Muchos teólogos de mangas anchas han asumido un evolucionismo teísta; en el que Dios inicia, supervisa y perfecciona el proceso evolutivo, de esta manera, el Cristianismo aparece a los ojos del mundo parcialmente en línea con el invencible cientificismo, que parece tener la última palabra en todo cuanto afirma.

Lo que de la Biblia se infiere sobre la creación en general. Todos los que creemos en el carácter sobrenatural de la Biblia, es decir, su inspiración, infalibilidad e inerrancia (De los autógrafos); tenemos por autoritarias sus declaraciones en materias de fe y ética, y aun de aquellas afirmaciones que pertenecen a otros campos como el de la cosmogonía científica.

De la Biblia aprendemos que:

i. Dios es el autor del universo (Génesis 1:1).

El universo no existe por sí mismo, la materia y todo lo que se deriva de ella, tiene su origen en el poder creativo de Dios. En cuanto a los seres puramente espirituales como los ángeles, y en el caso del alma inmaterial humana; éstos le deben su existencia al fiat Divino, y por tanto, forman parte de la creación de Dios.

ii. La materia no es eterna, tuvo un principio con el tiempo. (“En el principio”… creó Dios… Génesis 1:1).

Contra algunas tendencias teológicas, filosóficas y científicas; la Biblia nos muestra la temporalidad del cosmos. Loa mismo se puede decir en relación con los ángeles y el alma humana.

iii. La creación fue un acto ex nihilo, i.e. de la nada, (Véase Hebreos 11:3, bien traducido, como en la NVI).

El universo fue creado de la nada, y no de material preexistente. (Aquí no se incluye la ordenación y arreglo del cosmos).

iiii. La creación fue una obra contingente y por tanto, soberana de Dios.

Esto entraña que Dios no estaba obligado a crear el universo, éste simplemente es el resultado de su amorosa y soberana voluntad.

iv. Dios y la creación no son idénticos.

Dios y la creación no son lo mismo (Panteísmo), ni es la creación una parte de Dios (Panenteísmo), tampoco es la creación una emanación de Dios.

vi. La materia no fue creada por ningún demiurgo, Dios es su único autor (Génesis 1:31).

Es un error pensar que la materia sea intrínsecamente mala, y que constituya una pesada carga para el espíritu (Dualismo), todo lo que Dios creó lo hizo hermoso y originalmente perfecto.

© Omar Garcia. Todos los derechos reservados.

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