Mujeres en ministerio

Esto implica que el uso de «cabeza» en el sentido figurado que hallamos en verss. 3-4, y 5 tiene el sentido «representante prominente» [46] Y también implica pautas de autoridad, aunque en la esfera limitada de la relación esposo-esposa [47].

Estudio bíblico para mujeres cristianas

«Aprendiendo en silencio»

Uno de los factores histórico-culturales importantes para la interpretación de 1 Timoteo 2:9-15 es el estado de la educación y preparación para los dos géneros en la cultura greco-romana. La educación de los niños y de las niñas se realizaba en la casa a cargo de la madre y el padre hasta el sexto año.

Después de esta edad, la preparación de los niños vino a ser más pública y la de las niñas se realizaba en la casa bajo la tutela de la madre [48]. Mientras las niñas guardaban casa y aprendían lo tocante a este entorno, los muchachos asistían a centros donde participaban en el atletismo, lectura, ortografía y música [49].

Al comenzar la educación secundaria, podían también aprender gramática, literatura, y retórica entre otras materias. Los que continuaban podrían prepararse también en filosofía, medicina, o arquitectura [50]. Aunque uno no puede definitivamente declarar que ninguno de estos campos de estudio estaba jamás disponible para la mujer, sí se puede decir que en general este era el caso. En su «Reglas para esposos y esposas», Plutarco toma por sentado que la mujer viene al matrimonio sin preparación académica.

Y para tu esposa, recoge de todos lados lo que sea excelente —como lo hacen las abejas— tráelo; compártelo con ella; y convérsalo con ella haciendo que las mejores enseñanzas le sean muy apreciadas y conocidas. Pues para ella eres:

Padre y madre amada,
Y hermano además.
Espléndido es oir una esposa decir, «Esposo, tu eres mi guía, filósofo, y maestro en cosas muy bonitas y hasta divinas» [51].

Es probable que lo que Pablo dice en 1 Timoteo 2:11-12 mandando que la mujer aprenda en silencio tenga mucho que ver con la falta de preparación de las mujeres en aquella sociedad.

Pues este mandato se encuentra en un contexto que provee pautas para un culto ordenado y de buen testimonio para con los de otros sectores de la sociedad. En mandarles a las mujeres a aprender en silencio, el Apóstol habría querido evitar el mal testimonio de discusiones a base de preguntas mal informadas en la iglesia.

El dictamen similar que se halla en 1 Corintios 14:34-35 vendrá de la misma preocupación, y tendrá el propósito de evitar discusiones de la misma índole. El arreglo de Pablo que si quieren aprender algo que «pregunten en casa a sus maridos» responde también a costumbres de la sociedad de aquel entonces como podemos observarlas en la cita de Plutarco arriba.

Lo muy interesante de este pasaje es que se encuentra en la misma epístola donde, por lo dicho sobre la mujer debiendo tener su cabeza cubierta al orar o profetizar (1 Corintios 11:5, 13), se sobreentiende que las mujeres sí hablaban en las iglesias por lo menos en estas capacidades. La proposición de Craig Keener sobre 1 Corintios 14:34-35 toma en cuenta tanto el problema de las preguntas mal informadas como también el mandato del Apóstol a que las mujeres aprendan.

Puesto que las mujeres normalmente eran menos preparadas que los hombres en un grado considerable, Pablo propone una solución al problema de término corto y una de término largo. La de término corto es que las mujeres dejasen de hacer preguntas disruptivas; la de término largo es que debieran educarse por recibir enseñanzas en privado de parte de sus esposos (énfasis en el original) [52].

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