Mujeres en ministerio

La mención de Junia (Junias en RVR 1960) en Romanos 16:7 ha generado algo de controversia. En el tiempo de los llamados Padres de la iglesia, se tomaba por sentado que la referencia a Junia aquí es a una mujer. Posiblemente se trata de hermano y hermana, pero más probablemente, de integrantes de un matrimonio al servicio del Señor.

Juan Crisostomo, por ejemplo, le señala como mujer cuando dice, «¡Cuán grande la devoción de esta mujer que aun sea ella tenida por digna de llamarse apóstol!» [63]. Una corriente de interpretación más tardía ha tratado de negar que se refiere aquí a una mujer.

Algunos han dicho que Iounián, como aparece en el texto griego, habría de ser una forma corta del nombre latino Junianus [64]. Sin embargo, no aparece ningún ejemplo de tal forma corta de este nombre en toda la literatura pertinente conocida [65].

Es, entonces, mejor entender «Junia» en su sentido más natural como nombre de mujer. También se ha cuestionado el sentido de la frase epísemoi en tois apostolois si querrá decir «señalados entre los apóstoles» o «muy estimados a los ojos de los apóstoles».

Ni el uno ni el otro es gramáticamente imposible como interpretación de esta frase en sí. Sin embargo, sería muy lejos de la costumbre de Pablo apelar a la autoridad de otros apóstoles para establecer cualquier asunto (véase Gálatas 1:1; 2:6-7; 2 Corintios 11:5; 12:11-12) [66].

Y tomando en cuenta que «señalado entre los apóstoles» parece haber sido, sin excepción, la manera de entender esta frase entre comentaristas de la época patrística, [67] como también creyendo que es la manera más natural de entender el griego en su contexto, adoptamos también esta traducción.

La referencia a los apóstoles habrá de referirse al círculo más amplio de los llamados por este término. Encontramos «apóstol» en este sentido en varios lugares en el Nuevo Testamento [68]. Incluidos entre este grupo de apóstoles habrían los judíos creyentes quienes vieron al Señor resucitado y que estaban activos en la obra de llevar el evangelio a otros (1 Corintios 9:1).

Considerando, entonces, que Andrónico y Junia servían juntos en la obra del Señor, habremos de reconocer que la recomendación que les da Pablo les identifica con él mismo en varias maneras. Les llama sus parientes (si por ser también judíos, o de la misma tribu [Filipenes 3:5], o por otra causa no sabemos).

Les llama compañeros de prisiones; esto es posiblemente porque habían sufrido prisión por causa de Cristo como le había tocado también a él (2 Corintios 6:5) [69]. Les llama «señalados entre los apóstoles», así reconociendo su parte y distinguido lugar en la tarea apostólica.

Y hasta les colma de un honor que no le tocaba a él: el haber estado en Cristo cuando Pablo todavía era un perseguidor de los cristianos. El hecho de que recomienda a una mujer en estos términos es significativo. Cranfield comenta sobre este versículo, «Que Pablo no sólo incluya a una mujer … entre los apóstoles sino que diera descripción de ella, junto con Andrónico, como señalados entre ellos es evidencia altamente significativa … de la falsedad de la ampliamente difundida y terca noción de que Pablo desestimara a las mujeres…» [70].

Estudio bíblico para mujeres cristianas – Conclusión

Pasajes en las epístolas de Pablo como 1 Corintios 11:2-16; 14:34-35; Efesios 5:21-33; y 1 Timoteo 2:9-15 han sido usados por muchos para marginar a las mujeres de ministerios en la iglesia.

Las amonestaciones de estos textos a quietud y subordinación de parte de la mujer a menudo han sido tomadas en sentido general, sin considerar a fondo las situaciones específicas y el ámbito sociocultural a que fueron originalmente dirigidas. El tomar en consideración estos factores conduce a conclusiones que son mucho más abiertas al ministerio de las mujeres.

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